Este innovador proceso de unión mecánica utiliza una pieza de unión auxiliar con forma de clavo que se golpea a gran velocidad para fijar las piezas sin taladrado previo. La punta ojival del clavo desplaza el material. La velocidad, que puede controlarse mediante la presión de unión ajustable, depende de los materiales y el espesor de los componentes. Gracias a un momentáneo aumento de la temperatura en la zona de la unión, el material fluye hacia el moleteado del cuerpo del clavo autoperforante, lo que logra un ajuste perfecto entre las piezas unidas. La presión y la compresión del material, especialmente en el caso de materiales de acero de alta resistencia, produce un ajuste perfecto. Un requisito previo importante para la aplicación de este método es que las piezas de unión sean lo suficientemente rígidas para poder absorber la penetración del clavo sin sufrir una deformación excesiva.